#Servicio #Pan para mi Hermano #Ayuda solidaria Emevecistas reactivan Pan para mi Hermano en Lima

Por: Susan Cardich (Lima) | 18-04-2023

“Toda mi vida me ha parecido bien ayudar al prójimo” nos comenta un agradecido Jesús, quién a sus 59 años se le puede encontrar desde las diez de la mañana en las afueras del Molina Plaza, cuidando y lavando los autos que llegan durante el día. Así como él, Verónica, quien sufre de una discapacidad por la que no cuenta con sus brazos y pies completos, trabaja también junto a Jesús y afirma: “El compartir de los hermanos voluntarios para la gente que más necesita, es una ayuda grande que el Señor nos envía y esperamos se mantenga”.

Para ambos, el apostolado de Pan Para Mi Hermano en Lima significa una “ayuda grande” y por la que afirman que “ojalá se incorporen más personas”; en palabras de Jesús: “manteniendo la misma devoción, sobre todo el calor y la unión entre todos”.

Bajo el lema “Porque tuve hambre y me disteis de comer” (Mt 5, 35), este proyecto solidario busca salir al encuentro de personas que se encuentran en condiciones precarias y que trabajan o viven en la calle. Su misión es compartir el pan con ellos a través de un plato de alimentos, pero también el pan espiritual: el del Evangelio, a través del cual Jesús nos invita a vivir con ellos la caridad, la amistad, la misericordia y la solidaridad. Además, el proyecto busca generar comunidades de fe, a fin de que muchos se topen con el rostro de Dios a través del voluntariado. 

Voluntarios de Pan para mi Hermano en Lima

 Los inicios de Pan para mi Hermano 

 Este servicio inició en Lima en los años 90, según nos cuenta nuestro hermano sodálite Renzo Paccini, con la temática de “ollas comunes” en los asentamientos humanos, pues el fin del proyecto desde un inicio ha sido brindar alimento a personas de escasos recursos, con un fuerte acento apostólico de fondo, pues además de compartir del pan “material”, se comparte también el pan espiritual, la Palabra de Dios.   

Sandra Hijar, actual encargada del área de voluntarios manifiesta que “crecer en la fe y la amistad” es uno de los motivos por los que eligió ser parte de este proyecto. “La amistad entre los voluntarios y beneficiarios, a través del servicio y la humildad” es lo que caracteriza el carisma de este voluntariado, así como “la compasión y empatía por los beneficiarios”, quienes indica Sandra, abren sus corazones para dejarse ayudar y ser consolados por Dios.

Jorge Malleux quien, al igual que Sandra, participa de este servicio desde el 2016 y resalta dentro de su experiencia los valores de la caridad y, sobre todo, la fraternidad que el apostolado logra generar entre sus miembros.

Por ejemplo, nos cuenta de una ocasión en la que se encontraba de regreso de sus labores en ropa de trabajo, y acompañó a lavar autos, o también la vez que algunos de sus amigos le acompañaron al servicio, animados por su testimonio. Y como esa experiencia, nos comparte algunas otras; por ejemplo, con los hijos de los beneficiarios jugando con pelotas de tenis, o con globos que conseguían de los restaurantes aledaños. 

Voluntarios y beneficiarios en una de las jornadas del proyecto en Lima

 Un apostolado con muchos frutos 

 Entre otros testimonios, encontramos el de Alex y Omayra, una pareja de esposos que participa desde agosto del año pasado, quienes encuentran en este apostolado el medio propicio para evangelizar, compartiendo así entre beneficiarios y voluntarios muchas enseñanzas y experiencias. A través de Pan para mi Hermano ellos buscan “transmitir la fe, el mensaje de la Palabra como matrimonio, a través del ejemplo de nuestra unión, tanto con valores familiares, como instrumentos de Dios” afirma Omayra.

Por su parte Alex nos cuenta que “hay muchas organizaciones que ofrecen otro tipo de ayuda, pero este proyecto es singular, pues es una ayuda diferente, ya que constantemente procura la evangelización a través de los jóvenes”.

Nos comenta Yola, una de las beneficiarias con más años participando en el proyecto: “es un bien social que viene junto con la Palabra de Dios para apoyarnos en lo material, sumado al aporte cristiano de la fe, que es el apoyo espiritual más grande, para acercarnos más a Dios entre nosotros”.

En este sentido, Jorge Malleux precisa al respecto: “Son tres panes los que se imparten en este servicio: el pan espiritual, el pan material y el tercer pan es el de las enseñanzas que se comparten y reciben de parte de los beneficiarios”. Como la experiencia vivida que tuvo con ”Pablito”, un beneficiario que, pese a que no se encuentra más entre nosotros a causa de la pandemia, es recordado con mucho cariño por compartir sus poemas y por el carisma que lo caracterizaba.

“Es así cómo se busca retribuir los dones del Señor: viviendo la fraternidad en el servicio del apostolado, y es al pasar el tiempo que crece el cariño entre beneficiarios y voluntarios, pues se generan vínculos, buscando acompañarlos a fin de vivir juntos el mensaje de evangelización, propio del apostolado”, afirma Jorge. 

Voluntarios conversan con las personas que van encontrando en el camino

 Pan para mi Hermano alrededor del mundo 

 Luego de un breve cese por la pandemia, el proyecto reinicia en 2021 con ayuda de algunas donaciones, pero es en octubre del 2022 que regresa presencialmente a cargo de Luis Figueroa. Luego, en diciembre, se llevó a cabo una cena navideña y la entrega de las “Cajas del Amor”, las cuales llevan dentro víveres y algunos regalos recolectados por la Parroquia Nuestra Señora de La Reconciliación, sede del proyecto, ubicada en Camacho, La Molina.

Tan importante es la misión de este proyecto, que además de haberse fundado y encontrarse aún vigente en Lima, ha sido fundado también en Arequipa (llamado “Cristo en la Caridad”), en Guayaquil, Ecuador y en San José, Costa Rica.

Es así como luego de tantos años, Pan para mi Hermano se mantiene vigente con la ayuda de sus benefactores y voluntarios, sobre todo de jóvenes pertenecientes al MVC. 

Si estás interesado en participar del proyecto como voluntario o donante, puedes escribir al encargado del proyecto en Lima, Luis Figueroa al 51 902 846 409. 

En redes sociales, el proyecto puede encontrarse en Instagram en las distintas ciudades donde se lleva a cabo: Lima, Guayaquil y Costa Rica